Árboles de Navidad y la sustentabilidad
Datos
Grandes “mitos y leyendas” corren en torno al tema de los pinos cortados en la época decembrina, mejor conocidos como “Árboles de Navidad” para adornar las casas mexicanas.
Existen personas que sin duda alguna prefieren cortar un pino para llevarlo a casa, a pesar de que éste, en menos de un mes, esté seco y listo para tirarse a la basura. Por otro lado, hay quienes prefieren comprar arbolitos artificiales. Éstos casi siempre son de plástico y a la larga resultan una inversión más rentable, pues pueden durar varios años.
Lo cierto es que a pesar de que se cortan cada año miles de árboles para ser utilizados como adorno, la mayoría de la gente no sabe que también pueden ser considerados como una alternativa para el desarrollo sustentable en numerosas áreas rurales del país, donde las plantaciones bien manejadas proveen un ingreso y beneficios a las comunidades. Asimismo, estas plantaciones sirven como una estrategia efectiva para combatir el crecimiento de las manchas urbanas. Por otro lado, las plantaciones logran captar el dióxido de carbono, mismo que ayuda a frenar el efecto invernadero y por ende el cambio climático al que el mundo se enfrenta.
Con el fin de ayudar a las comunidades e impulsar su desarrollo, Reforestamos México lleva a cabo un programa en conjunto con Empresas Forestales Comunitarias donde se implementan practicas de buen manejo forestal, esto involucra el plantío, cuidado y conservación del bosque, pasando por los aserraderos, la cadena de custodia y por ultimo su uso comercial, involucrando a empresas a cambiar su forma de comprar, asumiendo un compromiso por invertir en lugares donde la sustentabilidad es el factor más importante, en beneficio de todos (productores, compradores y vendedores). Al apoyar estas cadenas de valores, se logra no solo beneficiar a las comunidades responsables de las EFCs, sino que además se logran beneficios ambientales.
Es importante señalar que las primeras plantaciones para la producción de árboles de Navidad en México se establecieron en la década de los setenta. Hoy en día es la CONAFOR (Comisión Nacional Forestal), quien se encarga de apoyar con recursos y asesorías técnicas los más de 70 proyectos que se encuentran en el país. Pino ayacahuite (Pinus ayacahuite var. veitchii), Abeto Douglas (Pseudotsuga macrolepis), Pino piñonero (Pinus cembroides), Oyamel (Abies religiosa) y Pino alepo (Pinus alepensis) son las principales especies sembradas y posteriormente comercializadas.
Finalmente, otra de las cosas que la mayoría de la gente no sabe, es que los árboles navideños una vez utilizados, pueden ser transformados en abono orgánico (composta) y reincorporados al suelo, mientras que los de materiales sintéticos tardan años en reincorporarse al ciclo orgánico.
En conclusión, detrás de cada árbol que adorna nuestras casas durante las fiestas navideñas, hay una historia específica. Ya sea natural o artificial, lo importante es estar conscientes de cómo este árbol afecta o beneficia en asegurar los bosques que México necesita para su desarrollo.
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