La Reputación Corporativa mide el nivel de estima o admiración que tienen los stakeholders y es uno de los activos más importantes de una empresa por lo que debe ser manejada de forma muy cuidadosa. Resulta particularmente cierto hoy, en un entorno de negocios bastante tumultuoso, con Partes Interesadas cada vez mejor informadas.

De hecho la reputación no evoluciona forzosamente con base en la comunicación de la empresa sino que puede ser directamente llevada, transformada y transferida por las mismas Partes Interesadas, fuera de control de la empresa.

A raíz de esto, la Reputación Corporativa es muchas veces considerada como uno de los riesgos más difíciles de gestionar pero que en caso de ser bien cuidada y gestionada, puede resultar en grandes beneficios como la confianza y lealtad.

No olvidemos que el 67% del valor de las empresas proviene de los activos intangibles, incluyendo la reputación.