En términos generales, al interior de las empresas, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) está comúnmente relacionada con acciones para el desarrollo sustentable, es decir, con labores de impacto social y ambiental. Algunos ejemplos comunes de responsabilidad social corporativa son las condiciones laborales que se ofrecen a los empleados, la gestión de las problemáticas sociales y la forma en que la compañía y sus colaboradores participan en actividades comunitarias para atender problemas sociales tan complejos como la pobreza.

Sin embargo, todos los programas de responsabilidad social empresarial requieren de inversiones para llevarse a cabo, así como de una buena planeación para que, a través de acciones estratégicas de interés común entre las partes interesadas, se genere valor empresarial a través de todas sus relaciones y en todos sus niveles. Antes de continuar es necesario detenerse un momento y reflexionar acerca una marcada diferencia entre las acciones filantrópicas y la RS: el sentido empresarial. Con esto queremos decir que, no es suficiente realizar donaciones a causas benéficas, aunque sea una actividad con sentido social, las organizaciones deben garantizar el cumplimiento de sus obligaciones a todas sus partes interesadas, esto incluye también a los accionistas, mediante el retorno sobre sus inversiones y la evaluación del impacto social.

Con esto, comprometerse a ser una Empresa Socialmente Responsable generalmente conlleva el gran reto de asumir mayores costos operativos, no obstante, las acciones emprendidas en términos de RS también pueden y deben ser medidas en términos de rentabilidad, esto con la finalidad de asegurar de que los esfuerzos puestos en una acción están detonando los resultados esperados, dicho de otra forma, que se están optimizando los recursos destinados.

Al momento de implementar la Responsabilidad Social Empresarial se suele pensar en un cúmulo de trabajo e inversión que requerirá, sin embargo, queremos recordar que hay acciones que se pueden emprender para ayudar al logro de la implantación de la RS en las compañías, las cuales no cuestan casi nada, aquí compartimos cinco.

• Adoptar un código de ética empresarial

Parte crucial de la RS reside en gobernanza corporativa para fomentar el uso eficiente de los recursos, a través de lineamientos que apoyen a forjar una actitud ética en los negocios, basada en los valores, el medioambiente, la diversidad y el respeto entre los empleados, proveedores, clientes, y otros grupos de interés, de manera que, estaremos más cerca de asegurar un equilibrio entre los objetivos económicos y sociales al detonar un efecto positivo sobre las expectativas tanto individuales como colectivas.

• Hacer donaciones de forma inteligente

Al tener presente el sentido empresarial de la RS, será más sencillo elegir apoyar causas que sean significativas para el negocio que se lidera, el sentido de esto está en fomentar el crecimiento y el bienestar del sector donde se desenvuelve la actividad y que, en consecuencia, generan impacto ambiental y social. Por ejemplo, una empresa que se dedique a fabricar muebles de madera puede optar por apoyar organizaciones que realicen actividades de educación en comunidades forestales para el aprovechamiento y manejo sustentable de bosques, esto con la finalidad de transmitir los valores de la empresa mientras se mejora la productividad para atraer crecimiento colectivo.

• Revisar el perfil empresarial

Se habló ya de adoptar un código de ética, pero ¿ya te aseguraste de que tu misión, visión y valores verdaderamente reflejen el compromiso como Empresa Socialmente Responsable? Pasar por alto que estos tres elementos empresariales evolucionan es uno de los errores comunes, ya que dotan a las empresas de personalidad es importante adaptarlas a las nuevas realidades. El perfil empresarial es una herramienta que puede servir de inspiración a colaboradores, clientes, proveedores y otras partes interesadas que sientan afinidad con lo que hace la empresa y lo que quiere lograr, y con ello genere fidelidad.

• ¡Di no al colorwashing!

Desde el whitewashing hasta el greenwashing, estos términos son usados para nombrar a las prácticas a las que recurren las empresas cuando promocionan de forma engañosa sus valores, sus acciones, sus productos y servicios. Por ejemplo, en el whitewashing las empresas que se ven involucradas en tragedias no asumen su responsabilidad social ni asumen posturas para brindar soluciones y en el greenwashing, las compañías suelen hacer afirmaciones engañosas sobre sus acciones de impacto ambiental. La honestidad es fundamental para no caer en estas malas prácticas, además, el riesgo que representa aventurarse a comunicar algo que no es verídico es enorme, ya que en la actualidad los consumidores han identificado y repudiado cada vez más a las empresas que llevan a cabo estas malas prácticas.

• Suscribirse a boletines especializados

La información está en la punta de los dedos, en cuestión un clic puedes tener acceso a miles de bancos de información, aprovechar las bondades de la tecnología y suscribirse a sitios especializados en Responsabilidad Social, sustentabilidad, economía circular o cualquier otro tema relacionado, puede ser de gran utilidad para mantenerse al tanto de las tendencias y explorar las posibilidades de sumar alguna metodología de evaluación al plan de RS o incursionar en algunaestrategiade comunicación corporativa. El consejo adicional es ser sumamente selectivo con la información que se consume, ya que es sencillo creer datos que no precisamente se basan en el profesionalismo. En ResponSable compartimos nuestra experiencia en diversas plataformas, desde webinars hasta estudios de RS, te invitamos a explorar nuestro sitio web y nuestro canal de YouTube ComunidadResponSable, seguro que hallarás información útil.