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Análisis de materialidad: Más allá de un requisito para reportar

El estudio de materialidad se ha hecho más conocido en el último tiempo debido a que es un requisito para reportar según los estándares GRI; pero para nosotros es mucho más que eso. En ResponSable lo definimos como un ejercicio estratégico que permite a las organizaciones definir temas que deben atender en prioridad según sus grupos de interés (GI) (stakeholders en inglés) y así poder potenciar su negocio, escuchando a nada más ni nada menos a quiénes son los protagonistas.  

Particularmente en ResponSable nos encanta trabajar con estudios de materialidad porque son el corazón de la RS y la Sostenibilidad. Frente a la dificultad que a veces se presenta de entender que la RS es transversal al negocio y que con la estrategia correcta lo puede potenciar, aquí su vinculación es bien lineal: consultamos a quiénes dirigen el rumbo del negocio para entender sus expectativas e intereses del mismo. Ya sean inversionistas, clientes, proveedores, colaboradores, entre muchos otros, todos son parte fundamental para que nuestro negocio se mantenga y pueda crecer; por lo que su input es esencial. 

Básicamente lo que implica este estudio es categorizar a los temas estratégicos del negocio según la importancia que le otorgan los grupos de interés y los directivos de la empresa (quienes representan la visión estratégica). De esta forma frente a multiplicidad de temas, podremos definir planes de acción para cada uno de forma estratégica. La información quedará graficada en la siguiente matriz: 

  • En el cuadrante “Colaborar” se ubican los “temas materiales” propiamente dicho. Es decir, aquellos temas que son muy importantes tanto para la empresa como para los grupos de interés. Son los que se debe atender de forma prioritaria. 
  • En “Involucrar” se encuentran aquellos que, si bien son prioritarios para la empresa, no lo son para los grupos de interés. Entonces aquí hay una decisión que tomar: la empresa se ajusta a sus GI y empieza a considerar un tema como menos importante o, por el contrario, inicia una campaña de sensibilización con sus GI para que sí empiecen a considerar la temática. Para poder tomar esta decisión, es clave contar con el aspecto cualitativo de la consulta, la cual nos brindará información adicional del porqué de las puntuaciones. 
  • En el sentido opuesto se encuentra en cuadrante “Minimizar impacto”, en donde son temas que los GI sí le dan mucha importancia, pero no tanto los directivos. Aquí de nuevo, la clave es entender por qué sucede esta discrepancia y definir cómo se abordará la cuestión. 
  • Por último, tenemos el cuadrante “Monitorear”, que como su nombre lo indica, son temas que se deben tener bajo control, pero en una primera instancia no es prioritario su abordaje. Esto se debe a que no es lo más importante para ninguna de las partes. Ojo, debemos recordar que todos los temas sometidos a consulta sí son estratégicos para el negocio, por lo que no se los debe descartar por completo. Simplemente no son prioridad.  

Pero vayamos un paso para atrás, ¿cómo se construye esta matriz?  

Ya quedó claro que lo fundamental es escuchar a nuestros grupos de interés. A simple vista puede parecer muy sencillo, pero el truco está en contar con una metodología sólida que nos permita priorizar a los grupos que consultaremos y sistematizar toda la información recopilada (que es mucha!) 

Para resumir, la metodología que utilizamos en ResponSanble consta de tres pasos básicos:

1- Priorizar: Los aspectos más destacados de este paso son: 

  • Selección de temas importantes para la estrategia del negocio en una primera etapa y luego priorizar los que se consultarán. Para ello realizamos un análisis interno y externo de las tendencias sector. 
  • Priorización de grupos y subgrupos de interés para la consulta. Trabajamos en conjunto para seleccionar a aquellos GI que se vinculan más estrechamente con la empresa y que vale la pena en esta instancia consultarlos. 
  • Criterios de consulta: Por último de este primer paso, definimos qué es lo que queremos consultar específicamente a los grupos de interés con respecto a las temáticas. 

 2- Consultar: Aquí analizamos cuál es la percepción de los grupos de interés para cada uno de los temas seleccionados.  

  • Selección de los métodos de consulta: Es decir, definimos para cada GI cuál es la mejor forma de realizar el acercamiento. Las principales herramientas que trabajamos son: entrevistas, focus group, encuestas y mesas de diálogo social 
  • Realización de la consulta propiamente dicha 

3- Evaluar: Esta es la instancia más importante, ya que es en donde todo cobra sentido. Interpretamos los resultados obtenidos y sacamos conclusiones sobre cuáles son las expectativas y necesidades de los grupos de interés. Es en esta instancia que construimos la matriz de materialidad y también la complementamos con observaciones cualitativas que nos permiten contextualizar los datos obtenidos y brindar recomendaciones estratégicas sobre qué decisiones tomar. 

Si bien ya con este paso termina el estudio de materialidad propiamente dicho, el juego recién empieza: ahora es momento de definir qué hacer con la información obtenida. Algunas alternativas son: 

Más allá de todo lo dicho, la realidad es que cada estudio de materialidad cobra sentido a medida que las empresas se lo van apropiando y dándole forma según sus necesidades. Así que para terminar este artículo les dejamos algunas ligas de interés con casos de algunos de nuestros clientes: 

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